Gallegos

El aislamiento ha dado origen a lugares distintos y únicos. Uno de ellos es el barrio de Gallegos, cuyo desarrollo estuvo fuertemente marcado por su topografía con barrancos profundos. El Lomo de Gallegos termina en acantilados costeros, parte de la Reserva Natural Especial de Guelguén. Áreas como La Furna albergan cavidades misteriosas, como la Cueva del Diablo. La costa abrupta alberga los asentamientos y los cultivos, aislándolos casi por completo, por lo que utilizaron fuentes y manantiales para su subsistencia.

El caserío se sitúa sobre la plataforma que forma uno de estos lomos, entre los barrancos de Gallegos, al este, que lo aísla del resto de núcleos del municipio, y el de Franceses, al oeste. Cuenta con cultivos de regadío que aprovechan el agua de los manantiales que provienen de la zona alta de la isla.

El origen de los linajes del pago de Gallegos se remonta a portugueses que llegaron en los primeros tiempos de la Conquista. Estos portugueses desempeñaron roles especializados en la agricultura, construcción, comercio y otras áreas. Contribuyeron a la isla en la industria azucarera.

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